Caty Perales-Raya, investigadora pesquera

Me llamo Caty y recojo el testigo de mi compañera María. Soy bióloga marina e investigadora del IEO, donde trabajo desde hace muchos años, como ella, pero en el Centro Oceanográfico de Canarias. Mi trabajo está relacionado con la investigación de cefalópodos (pulpos, chocos, calamares) y con el seguimiento de pesquerías en Canarias y en África noroccidental.

Expertos de medio mundo estudian la edad de los cefalópodos

21.noviembre.2018

Como os conté en mi entrada de Oceánicas de hoy, investigamos la forma de estimar la edad para analizar el crecimiento en estos apasionantes moluscos. ¡Pero es que crecen muy rápido!

Hace dos fines de semana, el 10 y 11 de noviembre, coordiné, junto a mis colegas Fedor Lishchenko (Rusia) y Alexander Arkhipkin (Reino Unido), un taller internacional sobre este tema en la Universidad de Florida, durante el Congreso Mundial de Cefalópodos (Cephalopod International Advisory Council Symposium 2018).

Integrantes del taller y logo del congreso mundial de cefalópodos que se celebra cada tres años. Durante su celebración se organizan varios talleres temáticos y este año uno de ellos fue sobre edad en cefalópodos: Workshop III: HARD STRUCTURES OF CEPHALOPODS AND THEIR APPLICATION IN YOUR FIELD OF STUDY

Ha sido agotador pero emocionante poder compartir mi experiencia sobre edad en mandíbulas de cefalópodos con investigadores de tantos países (Japón, China, Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, México…). Tras una primera parte más teórica, con presentaciones sobre la situación actual de las diferentes técnicas y estructuras, análisis, problemática, etc., se pasó a la discusión general con preguntas y comentarios de todos los participantes. Y después a trabajar, los participantes han preparado estatolitos y plumas de calamar, estiletes (o concha vestigial) de pulpo y mandíbulas de varias especies. Cada estructura requiere su técnica porque, dependiendo de su tamaño, consistencia, transparencia y microestructura, puede ser necesario incluirla en resina, lijarla, pulirla, cortarla, etc. Usamos una pasta a base de diamante con granos de una micra de diámetro para dejarla tan lisa que puedan observarse al microscopio los micro anillos en su superficie.

Participante preparando una estructura calcificada y a la derecha mi presentación sobre las técnicas de preparación de mandíbulas y sus utilidades en los estudios de cefalópodos

En el Centro Oceanográfico de Canarias del IEO, nuestra experiencia con mandíbulas de cefalópodos comenzó por pura necesidad: el pulpo era la especie más importante para la flota española cefalopodera que faenaba en la costa noroccidental africana. Buscábamos la forma de estimar su edad para saber cuánto dura su ciclo vital y aplicar estos conocimientos a la evaluación y gestión sostenible de sus poblaciones. El estatolito (similar al otolito de un pez) era la estructura más utilizada para estimar la edad en calamares, sin embargo en los pulpos no se marcaban los incrementos de crecimiento. Y explorando otras estructuras duras de la especie llegamos a las mandíbulas o picos. Tienen la ventaja de ser fáciles de extraer y de ser potencialmente útiles en cualquier especie, ya que todas las especies vivientes de estos moluscos presentan mandíbulas con una composición y morfología bastante similar. Tuvimos la fortuna de encontrar una secuencia constante de incrementos en el corte sagital de las mandíbulas y, años después, pudimos confirmar mediante experimentos en el laboratorio que cada incremento se formaba en un día, así es que contándolos podía obtenerse el número de días de edad del pulpo. Usando calcofluor, un marcador químico para la quitina, también pudimos confirmar que los anillos depositados en la superficie interior del pico se depositan diariamente.

Incrementos de crecimiento (rojo arriba) en la superficie del pico y en las secciones (derecha). Las fotos inferiores son ejemplos de las marcas conseguidas para identificar el incremento de referencia y poder validar la periodicidad de cada anillo. La marca azul se consiguió inyectando calcofluor, una sustancia química que se fija a la quitina del pico y es fluorescente cuando la iluminamos con luz violeta.

Aun no ha acabado el congreso, os escribo desde el hotel porque nos queda un día de presentaciones con los avances realizados durante los últimos tres años en la investigación de los cefalópodos… ¡hasta la próxima!

Un proyecto de:
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Con la colaboración de:
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