rosa figueroa

Rosa Figueroa: fitoplanctóloga y ecóloga marina

10.junio.2022

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”, esto lo dijo Confucio y, aunque no lo leí hasta tiempo después de estar ya dedicada a la investigación, creo que en realidad es lo que hice.

Me dedico a la investigación marina, específicamente al estudio de los mecanismos de crecimiento de las microalgas causantes de los fenómenos denominados como “mareas rojas”. Esas manchas marinas son conocidas por sus efectos negativos en las economías costeras cuando son causadas por especies tóxicas, ya que las toxinas que producen son acumuladas en la cadena trófica y pueden llegar a dañar la salud humana cuando consumimos mariscos o pescado con altos niveles de toxinas.

La presencia per se de estas microalgas no es el problema, ya que a bajas densidades no conllevan efectos significativos, sino su crecimiento rápido y dominante sobre otras especies de fitoplancton hasta alcanzar altas concentraciones y, en consecuencia, la presencia de toxicidades muy elevadas en los organismos que las acumulan.

Foto A.catenella

Teca externa celular (tinción en azul) y cromosomas (tinción en rojo) de Alexandrium catenella, especie tóxica y productora de toxina paralizante (PSP).

 

 

Siempre me ha interesado la biología y fisiología celular y, siendo estas microalgas organismos unicelulares, representaban para mi una oportunidad de ver y estudiar los procesos celulares directamente en un campo de alta aplicabilidad e interés social.

Comencé con esta investigación cuando me concedieron una beca predoctoral en el Centro Oceanográfico de Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), iniciándose así un viaje de aprendizaje y de formación entre Vigo y la Universidad de Lund (Suecia), en donde realicé dos estancias predoctorales y acabé defendiendo mi tesis.

Posteriormente, trabajé allí como postdoc cuatro años, volviendo de nuevo a Vigo gracias a un contrato Ramón y Cajal. La carrera investigadora conlleva una formación constante y ese es para mi uno de sus grandes atractivos. Es necesario actualizarse continuamente y no acomodarse y aunque no siempre esta búsqueda es fructífera y gratificante, uno aprende que en los caminos errados de la ciencia es dónde suelen surgir las mejores ideas y oportunidades de futuro.

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