Rocío Jiménez-Ramos y las plantas marinas

29.octubre.2018

Decía José Saramago que siempre acabamos llegando a donde nos esperan. Parece que a lo largo de mi vida el mar siempre me estaba esperando. O yo no me canso de buscarlo. Desde mi infancia, con los largos veranos en familia que pasaba en casitas de pescadores en Sant Carles de la Ràpita, ya supe que gran parte de mi vida tenía que estar ligada al mar. Y fue así como indagando sobre cuál podría ser mi profesión encontré la oceanografía.

Decidí estudiar Ciencias del Mar y Ambientales en la Universidad de Cádiz, allá por el año 2006. Durante mi período universitario, que fue intenso e hice grandes amistades, encontré a un profesor de esos que te cambian tus perspectivas. Siempre quise desarrollar una carrera en el terreno de la zoología marina, pero ese profesor que impartía la preciosa y temible asignatura de Producción Primaria me abrió los ojos al gran mundo de la ecología y las plantas marinas. Y fue ese el inicio de mi recorrido en investigación. No puedo dejar de agradecer a Juanjo sus clases y su apoyo en la dirección de la tesis doctoral que vino después. Pienso, y no solo en el terreno de la oceanografía si no en el mundo investigador, que encontrar a buenos directores de tesis y que además sean grandes personas puede ser decisivo.  Por eso, otro gran pilar en mi camino por la investigación oceanográfica fue mi otro director de tesis: Fernando Brun. Él fue quien apostó por mi y me dio la oportunidad de desarrollar la tesis doctoral en el proyecto que tenía en ese momento en activo.

Realicé el doctorado sobre procesos de herbivoría en comunidades de angiospermas marinas y sus interacciones con el medio. Durante esta etapa doctoral aprendí muchísimo y no solo en un terreno profesional. La tesis es también un gran desafío personal que te enriquece siempre, tanto lo positivo como lo menos positivo. Fue un proceso en el que aprendí mucho sobre divulgación científica, uno de los retos sociales y científicos actuales. Fue Carmen B. de los Santos, una gran oceanógrafa, que me inspiró mucho en mis inicios, quien me enseñó lo que era divulgar y con la que tengo la gran suerte de estar dirigiendo ahora un proyecto sobre dinámica del carbono en ecosistemas costeros. Durante más de cinco años coordiné un voluntariado ambiental sobre angiospermas marinas que consistía en hacer seguimientos científicos y también talleres en colegios e institutos. Con ello y las clases en la universidad, descubrí que me gustaba impartir docencia y realicé un par de contribuciones sobre innovación docente. A través de ello, surgieron por mi cabeza varios proyectos sobre educación hasta llegar a Iñaki, un biólogo que trabaja en conservación de la naturaleza en África y con quien colaboro actualmente dentro de la Asociación Biomas, como docente de cursos de ecología costera en Kenia. Curiosamente, uno de mis sueños siempre fue conocer África y finalmente parece que, como decía Saramago, algo me esperaba allí. Y allí está ahora parte de mi trabajo, entre educación y conservación. Y en relación a esto, la entrevista con Ana Ramos en Oceánicas ha sido realmente inspiradora como mujer oceanógrafa y su lucha en los proyectos en África.

Tal como comentaba Ana en su entrevista, “los obstáculos están ahí, son parte de la vida y una vida sin obstáculos debe ser muy aburrida”. Una de las mejores cosas que tiene la investigación, a parte de tener obstáculos, es conocer muchas personas y con ellas escuchas mucho sobre esos obstáculos profesionales. Ese fue el desencadenante de decidir presidir la Asociación de Oceanógraf@s de Andalucía (AOA). Desgraciadamente, la oceanografía carece de un Colegio Oficial de oceanógrafas y oceanógrafos en España, a diferencia del resto de profesiones afines, que pueda velar por los intereses de sus profesionales. Es por ello que nació esta asociación tal y como lo hicieron en otras comunidades como Canarias (SAO) o Galicia (AOG). La misión de la AOA es defender los intereses de l@s profesionales en la oceanografía y promover su carrera. Además, también trabajamos para divulgar a la sociedad la importancia de cuidar y estudiar los océanos. Por otro lado, uno de los objetivos principales es integrar los principios de igualdad de oportunidades y de género. Es una suerte poder pertenecer a la AOA y ver que más de la mitad del equipo está liderada por mujeres oceanógrafas, que junto con nuestros compañeros, trabajamos por el reconocimiento de las competencias profesionales de las oceanógrafas y oceanógrafos.

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