Covadonga Orejas, ecóloga marina

Todo el mundo me conoce por Cova, soy madrileña y ecóloga marina. Trabajo en el Instituto Español de Oceanografía desde hace nueve años y mis investigaciones se centran en los animales que viven en los fondos marinos como los corales y las gorgonias

Navegando en el hemisferio sur

21.diciembre.2018

Esta entrada la vais a leer casi comiendo el turrón… se acercan las navidades. La cosa es que en bastantes ocasiones, cuando se trabaja en el mundo de la oceanografía biológica, no cuentan mucho las festividades humanas y cuenta más el poder captar lo que ocurre en el océano en las diferentes épocas del año.

El verano austral es la época en que nosotros celebramos las navidades -más o menos blancas- y que en ese otro lado del mundo están asociadas al calor. Ello hace que buena parte de las campañas oceanográficas que tienen lugar en el hemisferio sur se planifiquen en las épocas más favorables para contar con condiciones meteorológicas apropiadas para el trabajo en alta mar, casi siempre el verano.

En una entrada anterior ya os conté un poco de la investigación en la Antártida, la cual, sobre todo si se realiza en la alta Antártida, tiene lugar necesariamente en los meses de verano (de diciembre a marzo) para no quedar atrapados en el hielo. En esta entrada de hoy viajaremos juntos (mentalmente, claro) a Namibia y Angola donde también los meses más favorables para realizar una expedición son los de diciembre y enero.

Hace dos años tuve la suerte de poder participar, invitada por mis colegas de MARUM (Universidad de Bremen), en una campaña oceanográfica llamada ANNA cuyo objetivo fue explorar las comunidades de corales profundos de la zona. Las campañas (como os contaré en mi próxima entrada, ya en el 2019), se planifican muchos meses antes de que comiencen pues hay que realizar muchos trámites y organizar muchas cosas para que todo pueda realizarse a bordo sin problemas. Pero cuando se siente el inicio real de la campaña (o al menos así lo vivo yo) es cuando se coge el avión para llegar al lugar desde el que zarparemos.

Esta es la vista desde el autobús que nos llevó del aeropuerto de Walvis Bay a la ciudad (Foto: Andrea Gori)

En el caso de esta campaña oceanográfica partimos de Namibia, así que aterrizamos volando desde Europa en el aeropuerto más peculiar que he visitado en mi vida: el de Walvis Bay. ¿Por qué peculiar? ¡Porque se aterriza prácticamente en el desierto! Desde ese momento comenzamos a absorber todo lo nuevo que comienza a pasarnos al llegar a otro país y, como científicos, al navegar en otras aguas.

Zarpamos el 30 de diciembre del 2015 y pasé mi primer 31 de diciembre a bordo de un buque de investigación oceanográfica, en este caso el barco llamado METEOR. El día 1 de enero no hay tiempo para resacas, pues en la mar no hay días de fiesta ni fines de semana, se trabaja los siete días de la semana. Las aguas de Namibia y Angola son un lugar fascinante, pues constituyen una de las zonas de afloramiento más importantes del planeta. Esta zona está bañada por la corriente de Benguela, que se origina por el ascenso de las frías aguas abisales del Atlántico Sur. Estas aguas frías son muy ricas en nutrientes que alimentan una enorme población de fitoplancton, dando lugar a importantísimos afloramientos de productividad primaria, es decir, de algas microscópicas que sirven de alimento a muchos habitantes de los océanos.

Durante las semanas que estuvimos a bordo tuvimos de nuevo la oportunidad de trabajar con un ROV y así filmar los fondos oceánicos, con la casi certeza de que los nuestros eran los primeros ojos humanos que estaban teniendo el privilegio de ver las formas de vida que se desarrollan en esas latitudes.

Fantásticos arrecifes de corales de profundidad aparecieron ante nosotros, parecidos a los que ya os he mostrado en entradas anteriores, sin embargo algo muy especial ocurre en esas aguas… Las concentraciones de oxígeno, un elemento imprescindible para la vida para la mayor parte de organismos, son mínimas. De esta manera, la exploración científica nos permitió de nuevo maravillarnos ante un nuevo descubrimiento: que los corales de aguas frías son unos luchadores natos y a lo largo de miles de años de evolución se han adaptado a condiciones de vida de todo tipo, incluidas estas extremadamente bajas concentraciones de oxígeno. En próximas entradas os contaré algunas cosas más sobre estos animales formidables que son los corales y lo que su aparente sencillez esconde…Os deseo unas estupendas fiestas navideñas y una mejor entrada en el año 2019,

¡hasta pronto!

 

  • Foto de portada: Este “lander” es unos de los aparatos con los que trabajamos durante la campaña ANNA y que nos permitió conocer con una increíble resolución los parámetros ambientales (por ejemplo temperatura y salinidad) de las zonas en que se desarrollan los arrecifes de coral. En la parte derecha de la foto, Furu Mienis del instituto NIOZ me explica como funciona el lander y la información que se puede obtener con él. (Autora: Andrea Gori)
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