Todo el mundo me conoce por Cova, soy madrileña y ecóloga marina. Trabajo en el Instituto Español de Oceanografía desde hace nueve años y mis investigaciones se centran en los animales que viven en los fondos marinos como los corales y las gorgonias

¡La investigación no tiene (o no debería…) tener fronteras!
¡Feliz año nuevo a todos!
En esta primera entrada del año que escribo, entre tantas noticias desalentadoras que nos rodean, he pensado en compartir lo que yo considero una de las cosas muy positivas y constructivas de la existencia de entes como la Unión Europea.
Mi carrera científica se ha desarrollado en buena parte en el seno de proyectos de investigación europeos coordinados. Para la concepción y el desarrollo de esos proyectos nos sentamos en la misma mesa investigadoras e investigadores de diferentes países, de diferentes edades y experiencias; ponemos nuestros conocimientos y formas de hacer y de ver la ciencia sobre el tapete, la solidez de las y los investigadoras/es consolidadas/os pero también la de los y las jóvenes.
Esa diversidad de visiones, perspectivas y experiencia genera ideas innovadoras y proyectos prismáticos que aglutinan esa diversidad que los países europeos tienen. Cuando trabajamos juntos no estamos pensando en las nacionalidades de cada uno, tenemos un objetivo común y por él trabajamos de forma conjunta. Muchas veces nuestras diferencias culturales son más un estímulo que no un obstáculo y permiten articular ideas de forma innovadora y plural.
Esa misma experiencia tuve, como ya comenté en una entrada anterior cuando trabajé con Cuba. Las diferencias en estructuras de funcionamiento y acceso a recursos económicos son claramente diferentes, pero cuando el objetivo es generar un proyecto de investigación a partir de una pregunta, de una hipótesis de trabajo, los científicos somos capaces de olvidar por un momento esos otros aspectos y centrarnos en dar vida a esa idea… después viene lo demás… que también con voluntad y capacidad de adaptarse y compartir recursos, es posible llevar a buen término.

Foto de familia de nuestro proyecto ATLAS en la reunión anual del pasado año que tuvo lugar en Mallorca (Foto: ATLAS consortium)
Actualmente trabajo dentro de dos proyectos europeos: ATLAS y el recién concedido iAtlantic. Ambos forman parte de la estrategia Blue Growth de la Unión Europea que pretende, entre otros a través de estos proyectos, que el uso de los recursos de los océanos sea sostenible. En ATLAS trabajamos de forma conjunta 24 socios de 12 países, incluidos algunos no europeos, todos con el objetivo de conocer mejor las zonas profundas del Océano Atlántico Norte para poder llevar a cabo una explotación racional y sostenible de los recursos marinos. Como los océanos no tienen fronteras, el trabajo que llevamos a cabo en ATLAS tiene su continuidad natural en iAtlantic que incorpora en nuestras investigaciones el Atlántico Sur, trabajando también en conjunto con países de ese hemisferio.
Un nuevo reto para contribuir a seguir mostrando que la ciencia puede y debe no tener fronteras.
Comparte esto: