Leticia Serramalera y la lucha contra el plástico

21.enero.2019

Soy Leti Serramalera, bióloga marina y licenciada en ciencias ambientales, y he tenido una larga trayectoria personal, de formación y profesional con relación a la naturaleza y el mar Balear.

La pasión por el mar combinada con mi formación científica ha sido la motivación que me ha llevado a dedicarme a la conservación marina. Por ello estudié ciencias ambientales, y no biología, en la Universidad de Barcelona e hice un máster en Conservación y Biodiversidad Marina, compartido entre las universidades de Ghent, la del Algarve y la Pierre et Marie Curie en Francia.

Posteriormente trabajé en investigación en socioecología con el profesor Stefan Gelcich en Chile y también me he dedicado a la educación ambiental en varias ocasiones.

Actualmente trabajo en el programa Balears Sense Plàstic de la Asociación Ondine, un programa de socios (empresas y otras entidades y organizaciones) que tiene como objetivo trabajar en conjunto hacia el abandono de los plásticos de un solo uso.

Mis estudios y trabajos de investigación en Chile sobre socioecología me hicieron interesarme en la interacción del ser humano con la naturaleza y aprender que entender lo que piensan las personas puede ayudar a realizar un cambio.

Esta experiencia me permitió desarrollar la vía para acercarme a los socios de Balears Sense Plàstic y poder realizar la tarea de ayudarles con un diagnóstico de su uso de plástico y acompañarlos en el camino hacia el cambio. Una herramienta tan sencilla como una entrevista o cuestionario puede proporcionar información crucial para entender la relación entre la sociedad y la naturaleza y cómo una comunidad de personas puede avanzar hacia el cambio más eficientemente que cuando se hace de manera individual. El concepto de capital social es ampliamente utilizado por la comunidad científica para entender cómo las relaciones sociales pueden impactar positivamente sobre el medio natural.

Siempre se discute qué valor tiene la naturaleza para el ser humano, qué riquezas nos proporciona, alimento, transporte… Para mí es su valor intrínseco el más importante, que lo ha adquirido solo por ser lo que es y que lo tiene sin necesidad de proporcionar ningún servicio al ser humano. No tenemos el derecho a afectarla porque es mucho más inmenso que nosotros.

Mi padre y mi abuelo fueron quienes me enseñaron a valorar el mar Balear, con sus historias de pesca y navegación que describían una explosión de vida en el Mediterráneo, historias que ya pasaron a ser leyendas.

Estudiar la conservación marina y dedicar mi trabajo a ella es revivir esas leyendas, intentar recuperar esa vibración mediterránea rebosante de vida que ha desaparecido. Y por esos dos hombres de mar, que tanto me enseñaron. Ellos antes no veían muchas mujeres de mar, pero eso también hay que cambiarlo.

Un proyecto de:
ieo
Con la colaboración de:
FECYT