
Ana María García Cegarra y la conservación de cetáceos
Mi nombre es Ana María García Cegarra, nací en San Javier (Murcia), estudié Ciencias del Mar en la Universidad de Cádiz, también un máster en acuicultura y pesca y actualmente vivo en Antofagasta, una ciudad chilena situada en el borde costero del desierto de Atacama, el más árido del planeta, pero cuyas aguas son bañadas por la corriente de Humboldt, la más productiva a nivel mundial.
Actualmente estoy realizando mi tesis doctoral en la Universidad de Antofagasta y trato de determinar si las actividades humanas como el tráfico marítimo, el turismo de observación de cetáceos y la contaminación tienen efectos negativos para el bienestar de diferentes poblaciones de cetáceos en Chile y Perú.

En la montaña de Punta Rieles (Bahía de Mejillones, Norte de Chile) realizando observaciones para caracterizar el tráfico marítimo y el riesgo de colisión con cetáceos.
Ahora estoy elaborando el último capítulo de mi tesis que consiste en analizar la concentración de contaminantes orgánicos persistentes y su relación con la estructura social del calderón común de aleta larga que varó masivamente en el sur de Chile en el año 2016. Más de 120 calderones se encontraron muertos en la playa y en Chile se desconoce su abundancia. Con mi estudio pretendo conocer el rol de los contaminantes en el varamiento masivo y si estos pueden ser indicativos de la estructura social de los animales y de su hábitat.
Gracias a mi tesis he fundado una ONG llamada CIFAMAC “Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos”, junto con amigos pescadores y colegas de la universidad en Mejillones (un pequeño pueblo cerca de Antofagasta). Con CIFAMAC pretendemos impulsar el turismo responsable de observación de fauna marina y apoyar la conservación de las diferentes especies de cetáceos que visitan la bahía de Mejillones. Realizamos también charlas de educación ambiental en colegios de la zona. Me encanta transmitir mi pasión por los cetáceos a los niños y que aprendan a valorar su Patrimonio Natural.

Charla de educación ambiental sobre cetáceos a niños de Antofagasta.
Mi admiración por el océano viene desde niña, cuando mis padres me llevaban a la playa y aprendí a hacer snorkel en el Mar Menor (cuando todavía podías ver decenas de caballitos de mar en la orilla). Más tarde, cuando tenía como 10 años, vi un documental, realizado por Ric O’Barry, en la que trataban de liberar a un delfín que había vivido en pésimas condiciones en cautividad en las Islas Bahamas. Ahí fue cuando decidí que quería ser bióloga marina y “salvar” a los delfines. Más tarde, en el instituto, descubrí que la genética era la asignatura que más despertaba mi interés. Y acabé decidiendo que quería estudiar genética como herramienta para la conservación de cetáceos.

Salida de navegación para censo de ballenas de aleta (Balaenoptera physalus) en la Península de Mejillones, Región de Antofagasta, Chile. Al fondo la cordillera costera del desierto de Atacama. En el bote estoy yo.
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