
Sylvia Earle y su premio azul
Por Susana Darriba
El próximo viernes 19 de octubre se entregarán los Premios Princesa de Asturias 2018, evento que otros años me era totalmente indiferente, pero que este año tiene un matiz muy especial para todos los que sentimos pasión por el mar, su fauna, su flora y todo lo que engloba esa ciencia moderna denominada “Oceanografía”.
Este año, el Premio de la Concordia es para una oceanógrafa con mayúsculas: Sylvia Earle, la Dama de las Profundidades (Her Deepness) o la Juana de Arco de los océanos, como la llama James Cameron.
Sirva pues este premio para dar a conocer a una persona que ha entregado su vida, no solo al estudio de los océanos, sino a ponerle voz y hacernos llegar una llamada de auxilio que es imposible no escuchar.
Sylvia Alice Earle nació en 1935 en New Jersey y su familia se trasladó a vivir a Dunedin (Florida) a una casa al lado del mar cuando ella tenía 12 años. Fue allí donde entró en contacto con el medio marino. Empezó curioseando la fauna y la flora que arrastraba la marea y a lo largo de su vida fue explorando el mar cada vez más adentro y más profundo.
A los 17 años hizo su primera inmersión y desde entonces no paró de seguir saciando su curiosidad, lo que se ha traducido en conocimiento y tecnología a disposición de la humanidad para mirar a los océanos de otra forma.
Según nos cuenta en el magnífico documental que ha elaborado Netflix donde se recoge su vida y su obra, sus referentes para lanzarse a la exploración submarina fueron Willian Beeb, a través de su libro Half Mile Down y Jacques Cousteau, del que Sylvia dijo “He got me in the water”.
Son tantas las experiencias, proyectos, expediciones y vivencias que esta mujer acumula en su biografía (¡más de 7000 horas bajo el mar!), que cuesta creer que solo tenga 83 años.
En 1964 formó parte de la primera expedición que exploró los fondos marinos de las Islas Seychelles. El mérito es todavía mayor si consideramos que fue la única mujer seleccionada para la expedición, junto a 70 hombres.
Dos años más tarde, en 1966, formó parte de la primera expedición que exploró los fondos de las Galápagos y en 1970 lideró el primer equipo de mujeres que permanecieron durante quince días viviendo en un laboratorio submarino a 15 metros de profundidad.
A finales de los sesenta publicó su tesis doctoral sobre macroalgas del Golfo de México (“Phaeophyta of the Eastern Gulf of Mexico”), trabajo que destacó por ser el primer estudio de botánica marina tan amplio y detallado (¡recogió más de 20 mil muestras de algas!).
Su ambición por explorar nuevas zonas y llegar a donde nadie había llegado antes la llevó, en 1979, a ser la primera persona en caminar por el fondo del mar a 381 metros de profundidad. Hito al que hay que añadir que era una mujer en un mundo de hombres en la sociedad americana de aquella época.

Sylvia Earle. Fuente: Mission blue.
Además de explorar y estudiar los mares, en los ochenta, Sylvia Earle también se embarcó en la aventura de diseñar, junto al ingeniero Graham Hawkes, su propio equipo de submarinismo. Así podría contar con dispositivos que cumplieran con sus objetivos, entre los que estaba bajar a fondos de más de 1000 metros de profundidad. Nacía entonces la empresa Deep Ocean Engineering, que en 1985 dio como fruto el sumergible Deep Rover, con el que se superaron los 1000 metros de descenso.
Entre otros de los hitos de esta oceanógrafa está el haber sido la primera mujer nombrada científica jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA) en octubre de 1990.
Y otra muestra de su firme determinación por la defensa de los océanos fue su dimisión en 1992, tras su frustración ante la falta de acción de la administración Bush. Según ella misma explicó: “Como ciudadana de a pie podré hacer y decir cosas que no son apropiadas para un alto funcionario del Gobierno de los Estados Unidos«.
Y, de hecho, vaya si ha hecho y dicho cosas no siempre políticamente correctas. Leyendo lo que cuentan de ella algunos de los que han tenido ocasión de conocerla, me imagino que es una de esas personas que arrollan por donde pasan y que no deja impasible a nadie, cautivando allí donde va, no solo con su presencia, sino con su discurso provocador.

Sylvia Earle en el Deep Rover. Fuente: Ocean Geographic Society.
Y fue así como, en 2006, consiguió poner en evidencia al creador de Google Earth, John Hanke, echándole en cara, precisamente en una conferencia en España, que Google Earth estaba incompleto por no estar incluidos los océanos. La persistencia de Earle hizo posible que, tres años más tarde, el Google Earth 5.0 ya incluyera los océanos, tal y como nos muestran en este vídeo los propios protagonistas Sylvia y John.
Una biografía tan intensa como la de esta oceanógrafa incluye reconocimientos, menciones honoríficas y por supuesto, premios. En mi opinión el premio más relevante de los que ha recibido es el TED prize. Supongo que todos conocéis las charlas TED y si aún no lo conocéis ya estáis tardando en entrar y buscar charlas adaptadas a vuestras aficiones o curiosidades (dudo que no encontréis ninguna que os interese y también alguna con las que discrepéis profundamente). El caso es que el TED prize premia “deseos para cambiar el mundo”. Entre 2005 y 2009 se concedían tres premios al año, dotados con 100 mil dólares para cada uno y desde 2010 solo se concede un premio de 1 millón de dólares al año.
Pues bien, en 2009 la doctora Earle recibió uno de esos premios para cumplir el “deseo de proteger los océanos”, deseo que expresó en su charla de 18 minutos que no podéis dejar de ver.
Con el dinero del premio creó Mission blue con la intención de conseguir una red mundial de áreas marinas protegidas. Mission blue ha sido quizás la plataforma de difusión más efectiva de la figura de Sylvia Earle a nivel internacional, personaje que cuesta creer que haya permanecido casi desconocido en países como el nuestro, con un contacto tan intenso con el mar. Sirva pues, el Premio Princesa de Asturias para dar a conocer su legado. Y que su figura sea tan conocida como la de otros científicos y la oceanografía ocupe el nivel que merece a la altura de otras ciencias más antiguas y de reconocido prestigio.
Susana Darriba Couñago es jefa de la Unidad de Patología del instituto Intecmar. Autora de un Atlas de histopatología de moluscos bivalvos que es consultado por especialistas de todo el mundo.

Susana Darriba en el INTECMAR (Xunta de Galicia). Autor: O. Vífer. Fuente: La Voz de Galicia.
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