Sullivan

Kathy Sullivan, rompiendo récords en lo más alto y hondo del planeta. Una oceánica de lo más espacial

27.mayo.2022
* Foto de portada: Enrique Alvarez

Por Olga Sánchez-Guillamón

 

“Quería que mi vida tuviera esa mezcla de investigación, aventura y conocimientos”

 

Hay personas a las que se les queda pequeño el mundo que habitamos y cuya mirada ha podido maravillarse observando otros mundos. En toda la historia de la humanidad, solo ella, Kathryn Dwyer Sullivan, conocida como la Doctora Kathy Sullivan, figurará como la primera mujer en caminar en el espacio exterior para después adentrarse en lo más profundo del océano.

Kathy nació en Nueva Jersey, Estados Unidos, en 1951 y se graduó en Geología por la Universidad de California, obteniendo el título de doctora por la Universidad de Dalhousie en 1978. Ese mismo año, la geóloga entró en la NASA, formando parte del primer reclutamiento de astronautas que incluía mujeres en sus filas.

Houston, las cosas comienzan a cambiar. Ella y cinco candidatas más fueron seleccionadas.

Durante sus años en la NASA realizó el primero de los hitos por el que será recordada, convirtiéndose en la primera mujer estadounidense en salir de una nave espacial, el transbordador Challenger, y dar un paseo por el espacio exterior a más de 225 kilómetros de la Tierra. Eso con tan solo 33 años. A día de hoy, poco más de 220 personas han conseguido esa proeza.

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Kathryn Sullivan mirando la Tierra desde el espacio en 1984. Foto: NASA

La oceanografía también apasionaba a la astronauta, ya que durante sus años de doctorado había tenido la oportunidad de participar en varias campañas oceanográficas para estudiar la analogía que existía entre las condiciones extremas del océano y otros planetas. Sullivan participó en los primeros intentos de usar un vehículo de observación submarino para estudiar los procesos volcánicos que tienen lugar en la corteza oceánica de los fondos marinos del Atlántico y Pacífico.

En 1988 entró en la Reserva Naval de la Marina de Estados Unidos como Oficial de Oceanografía, lo que supuso que en 1993 abandonase la NASA tras 15 años de servicio, tres misiones espaciales y 532 horas de viaje espacial. A partir de ahí, se centró en su pasión por el espacio “interior”, lo que la llevó a alcanzar el rango de Capitán, y a desplegar su carrera como responsable en varias instituciones científicas y administrativas del país como, por ejemplo, siendo jefa científica de la NOAA desde 2014 a 2017.

Sullivan afirmaba que sentía la motivación de regresar a la Tierra ya que su pasión y compromiso -adquiridos gracias a su experiencia y perspectiva espacial- la llevaba a seguir trabajando para transformar toda esa investigación y comprensión en conocimiento útil, y ponerlo en práctica en aras de mejorar la vida en la Tierra. Tales afirmaciones la llevaron a ser considerada una de las mayores influencias del año 2014, lo que resulta una gran noticia en estos tiempos desafiantes en los que nuestro planeta está sufriendo cambios cada vez más severos.

Y ahora es cuando llega mi parte favorita de la historia. Tras toda esa vida, un domingo de junio del 2019, Sullivan, con 68 años, fue también la primera mujer que se sumergió en el océano dentro del vehículo “Limiting Factor”, para alcanzar el punto más profundo del océano Pacífico y del planeta, conocido como el abismo de Challenger, en la fosa de Las Marianas, a una profundidad de casi 11 km.

El descenso de Kathy Sullivan hasta el abismo de Challenger duró una hora y media, y el regreso cuatro horas, pero en total estuvo 10 horas para conseguir esta proeza. No lo hizo sola, sino acompañada del piloto Victor Vescovo, un amigo exoficial naval que ahora se dedica a la exploración de los océanos, y que fue el que invitó a Sullivan a participar en esta aventura. Digo yo que ya era hora de que una mujer conociera los abismos del planeta, descubiertos desde 1872.

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Kathy Sullivan y Victor Vescovo después de la inmersión al abismo de Challenger. Foto: The New York Times

Una vez llegaron de nuevo a la superficie del océano, Sullivan y Vescovo realizaron una llamada a la EEI, la Estación Espacial Internacional, para comunicarse con los astronautas que la habitaban, como un símbolo que unía los dos lugares más extremos que la humanidad ha podido explorar hasta el momento. Y es más, hasta estas profundidades, solo han llegado ocho personas en toda nuestra historia.

De este modo, Sullivan alcanzó ambos extremos a los que nadie nunca había llegado: viajar a lo más alto del cielo y bajar hasta el punto más profundo de la Tierra.  La vida ideal de Sullivan, llena de aventuras y conocimientos, me parece la mejor manera de apreciar la belleza y fragilidad del mundo que habitamos.

Actualmente, la doctora Sullivan sigue participando en muchas actividades científicas transversales, como paneles sobre liderazgo femenino en carreras STEM, así como realizando podcasts, charlas motivacionales, escribiendo libros, y siendo un ejemplo de superación para muchas nuevas científicas que ven en ella a una referente mundial. Si quieres seguir sabiendo de ella y su legado, puedes seguirla en redes sociales, (@AstroKDS), donde es muy activa.

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Kathy Sullivan en una conferencia en Cincinnati, Ohio. Foto: Twitter (@ZontaIntl)

 


Sobre la autora

Olga Sánchez Guillamón es doctora en Ciencias del Mar por la Universidad de Cádiz donde se especializó en morfología de volcanes submarinos asociados a surgencias frías y calientes del fondo marino que ocurren en el Atlántico Norte. Actualmente trabaja en el Centro Oceanográfico de Málaga contratada en el proyecto LIFE-INTEMARES para la caracterización geomorfológica de los fondos marinos que puedan albergan hábitats de interés comunitario para su protección, así como participa en otros proyectos enfocados al estudio de riesgos geológicos submarinos y la interacción de los procesos oceanográficos y sedimentarios en los fondos marinos.

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