Me llamo María y trabajo en el Centro Oceanográfico de Vigo del Instituto Español de Oceanografía desde hace ya muchos años. Estudié biología y como el mar es una constante en mi vida, acabé especializándome en zoología marina. ¿Mi trabajo? Doy edad a los peces que pescamos y nos comemos…

¿Se parecen los peces y los árboles?
En esta ocasión voy a contaros a qué me dedico la mayor parte del tiempo en el IEO: a conocer la edad de los peces. Parece magia, ¿verdad?
¡Pues es ciencia!
Voy a empezar respondiendo a la pregunta que titula esta entrada: además de que árboles y peces son seres vivos, ¿en qué se parecen? Imaginad un árbol, el que queráis… ¿cómo conocemos su edad?
Cuando el árbol crece, el tronco lo hace en altura y también en grosor. Cada año que pasa va dejando en el tronco una “marca” a la que llamamos anillo de crecimiento. Como muestra, aquí tenéis este ejemplo: se trata de una sección de un pino en el que si contamos los anillos tenemos la edad del árbol.

Este árbol tenía 34 años cuando lo cortaron.
¿Y los peces qué? Pues (y aquí viene el parecido) también “marcan” anillos en su esqueleto indicando los años que tienen. ¿Diferencias? La principal es el tamaño: para ver los anillos de crecimiento en los peces, necesitamos utilizar lupas o microscopios.

Ejemplo de un laboratorio para estudiar el crecimiento en peces.
Fijaos en la imagen que está debajo y recordad la sección del tronco de un árbol…

Aunque parezca un árbol, se trata de la quinta vértebra (visto en una lupa con 10 aumentos) de un congrio (Conger conger) que cuando lo pescaron tenía nueve años.
¿Y dónde se ven mejor los anillos de crecimiento en un pez? En los otolitos, unas estructuras calcificadas situadas en el interior de la cabeza de los peces óseos.
Los otolitos están formados por carbonato cálcico y proteínas y forman parte del sistema de equilibrio y audición del pez. Son las estructuras preferidas por l@s científic@s para dar edad a los peces y, si os preguntáis el motivo, es porque nacen y crecen con el pez y además no sufren alteraciones ni cambios.

Par de otolitos de maruca (Molva molva) ¿veis los anillos?
A veces no es fácil ver anillos en los otolitos enteros y es necesario cortar una sección para verlos. En la siguiente imagen se muestra la sección transversal del otolito de un congrio que medía 71 centímetros y tenía cinco años cuando lo pescaron.
Como podéis suponer, esto de dar edad a los peces “leyendo” otolitos no es tan fácil como parece porque no siempre se marcan claramente los anillos de crecimiento. Es, pues, una actividad en la que la experiencia de los “lectores” es importante y se hace necesario organizar reuniones internacionales entre científic@s de diferentes laboratorios para presentar y discutir los avances conseguidos en cada centro.
Si todavía no tenéis claro que queréis dedicaros a estudiar el crecimiento de los peces, seguid mis próximas entradas, ¡os convenceré! 😉
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